Contra todos los pronósticos, el pasado 20 de agosto se realizó en Monserrate la primera cata de marihuana en la historia de la montaña. Un evento organizado por Gold Dab Bogotá y Fractal Dope, que contó con diversas experiencias académicas, emprendimientos y gastronomía.
El evento, que contó con el Sistema Sonoro Fuego Negro, arrancó a las 6 de la tarde en un restaurante en la parte opuesta de la iglesia, más allá de la zona de artesanías y donde el poder eclesiástico no puede mandar.
O por lo menos de cerca, porque la tensión se sentía en cada paso de cada guardia de seguridad. Al punto de que lo último que podría haber sobre la mesa de los expositores fuera una flor de marihuana.
Algo que no importó, o no mucho, porque durante poco más de dos horas invitados y expositores recibieron y compartieron algunos consejos y asesorías sobre cómo hacer que sus cultivos crezcan sanos y poderosos.
Aprovechando que la ley en Colombia permite cultivar hasta 20 plantas de marihuana en casa, lo suficiente para que un fumador regular no tenga que volver a comprar en la calle durante un año y un poco más. Con el tratamiento adecuado.
Algo muy importante para Lenin Sánchez, un abogado experto en el cultivo de marihuana desde hace más de 10 años, “porque esto también es un primer paso para que aprendamos a cultivar nuestros propios alimentos”.
En Monserrate 420 también se presentó el foto museo: El Jardín de mi vecino. Una iniciativa de la mesa cannábica de la localidad de Rafael Uribe Uribe, que invita a los espectadores a reflexionar sobre las sensaciones y emociones que conlleva cultivar marihuana, a través de una serie fotográfica de los jardines cannábicos del barrio.
Esta es la primera vez que se realiza una cata de estas características en la montaña de Monserrate, convirtiéndose en otro gran paso para hablar sobre la legalización del uso recreativo de esta planta, cuya posesión y consumo personal, irónicamente, está permitido desde 1994.
Es decir, lo que está prohibido en Colombia es la comercialización, más no el consumo y el porte, o por lo menos en ciertos lugares.
Entre los patrocinadores del evento estuvieron: Nativos, pégalo natural; Tallos y Tallos; y Trofil. Esta última, un emprendimiento de filtros de papel sin blanqueamientos, reciclables y biodegradables, cien por ciento colombiana.
Así como las marcas: Fat Rats, Sendero del Chamán, Roll Capital ZRK, Rotten.lo, Sótano Infierno, Espora Violeta, Magia 420 y Mantequilla Verde. Emprendimientos gastronómicos, de cócteles y de conciencia y uso responsable de la planta.
Mientras que, entre los talleristas, extractores y jardineras participantes, resalta la presencia de: Jeff Rodríguez, La Cosecha Grow Shop, Yadira Bedoya, Mujeres Cannábicas Bogotá, Lenin Sánchez y Lorena CBD, entre otros.
Al final del evento y bajo la luna los participantes realizarón una cata de sus propias plantas en la parte opuesta de la iglesia, donde el poder eclesiástico no puede mandar.
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